En este proyecto de Didáctica General,
hemos realizado una entrevista a Noelia Alcaraz, pedagoga y profesora del
departamento de didáctica de la Universidad de Cádiz, con el objetivo de saber
su opinión respecto a este tema. Para ello hemos partido de una serie de
preguntas previamente elaboradas en clase.
Noelia opina que calificación no es lo
mismo que evaluación y que no atienden por igual al aprendizaje, ya que a
diferencia de la evaluación, la calificación no atiende al aprendizaje. Con la
calificación se etiqueta y se clasifica, se premia o se sanciona.
Antes de llegar a la escuela hay una
desigualdad social que a todos nos parece muy injusta, pero cuando salimos de
ella estas desigualdades se llaman “diferencias académicas”, las cuales ya no
nos parecen tan injustas, porque cada uno recibe lo que se merece. Y estas
diferencias se justifican con la calificación. ¿Pero por qué se sigue
calificando? Pues porque no todo el mundo puede valer, y tal como dice Wert, la
excelencia no es para todos.
Pero tal como nos comenta Noelia, la
calificación no quiere decir que el alumno haya aprendido. Si entendemos por
aprendizaje memorizar una serie de datos, si se podría medir. Pero aprender
tiene que ver con transformar tus estructuras cognitivas, lo cual no se puede
medir, de la misma manera que no se puede medir el amor. Con la calificación se
resta cualquier elemento educativo en el proceso de aprendizaje (veracidad,
transparencia, naturalidad y espontaneidad) y sobre todo, resta creatividad al
alumno.
En nuestra vida diaria estamos
constantemente evaluando, es algo natural. Pero sin embargo, no calificamos. Y
la herramienta clave para mejorar cualquier problema es la comunicación. Y esto
es lo que se debería hacer en la escuela, buscar información sobre lo que está
ocurriendo en clase, y para ello hay que preguntar a los alumnos, a sus padres
y compartir inquietudes con los compañeros, y todo ello para saber, conocer,
comprender, analizar, intervenir a tiempo y mejorar.
En cuanto al portafolios, Noelia nos dice
que puede ser tanto un método de evaluación como de calificación. Es una
herramienta que está más cerca de los pasos que da el niño en su proceso de
aprendizaje. Su utilización depende de
las manos en las que caiga. Un docente con unas ideas de evaluación potentes le
sacará mucho mayor provecho que un docente con unas ideas más técnicas. En
definitiva es una herramienta y una estrategia más dentro del mundo educativo.
En conclusión, pienso que se debería de
prestar mayor atención a los pequeños pasos que va dando el niño durante su
proceso de aprendizaje, porque en el día a día es donde se ve verdaderamente el
trabajo del alumno, si atiende o no, si asiste a clase, etc. Y esto es lo que
se debería evaluar, y no lo que memorice y recuerde un alumno y sea capaz de
escribir durante el día del examen. Por ello estoy a favor de métodos de
evaluación como son el portafolios o la rúbrica, porque atienden más al
proceso. Y estoy de acuerdo en que el aprendizaje no se puede medir, de la
misma manera en que no se puede medir un sentimiento como es el amor o la amistad,
puesto que son conceptos abstractos.
No es fácil ser coherente en esto de la evaluación, porque el sistema educativo, los alumnos y las familias esperan que pongan notas y no entienden los argumentos que Noelia utiliza.
ResponderEliminarPero es muy importante tener las ideas claras al respecto, y de eso se trataba al abordar ese tema en la asignatura. De ese modo, harás lo que puedas en el futuro, procurarás ser lo más fiel posible a tu pensamiento y al menos sabrás lo que estás haciendo.
Buen trabajo, Antonio.